lunes, 20 de abril de 2009

Promesa

La tarde estaba seca, afuera todo era sofocante, el sol se colaba a través de los vidrios de mi habitación. Allí en una esquina del suelo, en una pequeña caja de cartón que meses atrás había sido acolchada con goma espuma y tela, porque ella iba a parir por segunda vez, se escuchaba únicamente el jadeo.
Negrito, Conleche y Marrón tres cachorritos de un mes de nacidos jugaban a su alrededor y se le acercaban para comer, ella los miraba y trataba inútilmente de levantarse, la fiebre seguía aumentando; los ojos oscuros igual que su pelaje se cerraban, había suplicado a mis familiares para llevarla a un médico, pero prefirieron esperar a que anocheciera, me acerqué y le susurré puedes irte en paz, cuidaré de tus hijos. Un día de marzo cuando todos jugaban en el patio, llegó una visita funesta, al parecer a ella le desagradó mas que a mi, esta vez no tuvo tiempo para despedirse, se desplomó y se quedó mirándome para que me acordara de la promesa que la había hecho aquella noche calurosa.

AVE (Annie Vásquez)

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